ORGULLO EN CUARENTENA
A estas horas, cuando tengo tiempo para pensar, suelo pensar en la gente que regresa a casa, fatigada y expuesta, o sobreexpuesta al puto bicho. Ya son muchas muertes, unas de desconocidos, de las que no sabemos casi ni el número, y otras como no, de conocidos, mayores y no tan mayores...a estas alturas ya sabemos que no todo lo que dicen es la verdad, que hay que ponerse mascarillas, guantes, y que si tienes gafas de natacion que te las pongas también...en el caso de que no tengas más remedio que salir de casa, claro. A estas horas pienso después de ese gran aplauso a las personas anónimas que están intentando frenar esto desde el ruedo, en todas las amigas que tengo y se sobreexponen a enfermar y a contagiarse, pienso en ellas, que no hablan mucho, porque tienen que trabajar y descansar y no les da tiempo para gilipolleces, y pienso en que, además de quererlas y tenerlas con orgullo, porque llevo mucho tiempo con ellas, ahora, aún más, siento la necesidad de decirlas todo lo que las